domingo, 12 de octubre de 2014


creencias


Indagando un poco en el tema de las relaciones, me encuentro con un pensamiento constante, transformado en creencia; Que ha pasado a cobrar tanta fuerza que ha llegado a convertirse en una “Falsa verdad” y que reza lo siguiente: LOS HOMBRES GAYS NO SIRVEN. Así es; tengo la creencia de que los hombres gays no sirven. Y esto va aderezado con los siguientes complementos:

Todos los hombres gays, solo buscan sexo.
No hay un solo hombre gay dispuesto a amar.
Todos los hombres gays son infieles.
Todos los hombres gays son unos discapacitados emocionales.
Y pare usted de contar…. ¿Fuerte la cosa no?

Con actitud explorativa escudriño un poco más en los ¿Cómo? y los ¿Por qué tengo esa creencia?; ¿De dónde vienen? ¿A dónde me llevan? Para finalmente caer abismado con las respuestas que poco a poco voy encontrando.

Todo comenzó en un encuentro acaecido cuando tenía escasos 21 años y comencé a relacionarme románticamente con hombres. Un buen día; Tuve el impulso de contactar personas con las mismas inquietudes que yo, y echando mano de la tecnología conocí a un chico… Era unos años mayor; Alto, de buena figura, bastante atractivo la verdad; Pero emocionalmente enfermo. Este personaje vivía consumido en frustraciones y tristezas (cosa que solo pude ver con el paso del tiempo) quien a escasos 5 minutos de conversación me revela “la verdad del ambiente”: El ambiente es una gran olla de mierda hirviendo, en la que están todos los maricos nadando; de vez en cuando alguno que otro sale Y se para en el borde, aguardando a que alguien más lo acompañe; Pero se cansa de esperar y se vuelve a lanzar en el mierdero.

He de confesar que de entrada me pareció rudo y exagerado pensar de ese modo; Pero para mí mala suerte, algunas experiencias posteriores reforzaron esta idea en mí, dejándome a la deriva entre lo que quiero y lo que creo de eso que quiero.

Todo esto me mantuvo por años saltando de una relación frustrada a otra; Pendulaba entre la autenticidad de los sentimientos que surgían en mí, y la predisposición a que cualquier persona con la que me involucrara era esencialmente mala, y que de un momento a otro no haría otra cosa más que lastimarme. Por lo tanto, no podía permitirme hipotecar mis sentimientos en alguien en el que jamás podría confiar; Y que inevitablemente terminaría la relación, porque definitivamente nadie puede estar con alguien que no confía, que no se entrega, que no cree más que en los aspectos negativos de las personas.

Considerando que las relaciones son la base de todo; Ya que en el encuentro con el otro es donde se manifiesta nuestro ser. Es inevitable toparse un día con una encrucijada entre nuestras necesidades emocionales y lo que creemos de las relaciones románticas. Es ahí donde nuestras creencias toman parte protagónica de nuestra historia personal; Influyendo inconscientemente en nuestras acciones  a cada paso que damos. Si nuestras ideas están viciadas con creencias que nos alejan de una experiencia sana, no solo damos un golpe a la estima, sino que también producimos es una suerte de asesinato emocional. Todo esto da como infame resultado una sumatoria de malas y dolorosas experiencias, que nos van secando, manteniéndonos cada vez más serrado al placer y bienestar.
No pretendo negar que algunas personas tienen un comportamiento autodestructivo, pero hoy por hoy no creo que sea esta la verdad única que sostiene al mundo, me parece más bien que es un momento de oscuridad por el cual todos atravesamos, y que al fin de cuentas somos más que eso… Todos tenemos un poco de luz y oscuridad, de odio y amor, de alegría y resentimiento, de pureza y toxicidad. Y esto es lo que nos hace HUMANOS.

Miles de personas son cautivas de ideas y pensamientos poco saludables de nuestras formas de relacionarnos, pero hay mucho de NO CIERTO en nuestras creencias; Sería prudente cuidar nuestras fantasías, pues nada es absoluto. Nuestras vidas constan de una fuerte carga de relatividad; Por lo tanto, más que generar falsas verdades como un mecanismo de defensa, Cuidarnos y atendernos sería lo más adecuado.

Nuestro mundo interno es tan sutil y delicado que un paso en falso podría desviarnos del camino a la felicidad, mas estamos destinados a dar muchos pasos… Y en ese tránsito, no estamos exentos de encontrarnos con personas que de alguna manera están llenos de infinitos pensamientos y acciones negativas; Está en nuestras manos romper con los patrones que nos limita y nos minimiza en las sombras.

Mantenernos alegres, motivados, fieles a nuestro sentir; Para procurar una experiencia de vida emocional y psicológicamente más sana, solo depende de cada uno de nosotros; De nuestra madurez y de la capacidad que tengamos para entender, perdonar y continuar.

Si conquistamos nuestros miedos, miramos la vida con una actitud más abierta a la experiencia; Si aceptamos que todo aquello que sucede tiene el fin único de otorgarnos sabiduría y aprendizaje, y que en el contacto con el otro podemos recrear lo más valioso de nosotros mismos, la verdad siempre se nos será revelada. Y en feliz consecuencia, tendremos una existencia más plena.

Juan Carlos Viera.