viernes, 22 de mayo de 2015

Los marginados…




No es muy de mi estilo hurgar en las noticias, pero hoy por hoy gracias a las redes sociales la información llega de forma concreta y en tiempo real, así que eventualemente me doy un somero paseo por los titulares que más llaman mi atención.

Es así como me topé con una noticia que rezaba: Los países de la Unión Europea podrán prohibir a los homosexuales donar sangre. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha considerado este miércoles que los homosexuales pueden ser excluidos permanentemente de donar sangre si lo justifica la situación sanitaria en su país.

 

Automáticamente la indignación se apoderó de mí, no solo porque soy gay, sino porque es totalmente ilógico que a estas alturas sucedan este tipo de cosas. El Tribunal de Justicia cuya labor es velar por el cumplimiento de la ley en el continente, así como atender a sus ciudadanos en caso de que se haya vulnerado sus derechos. En un deprimente acto margina y estigmatiza a la comunidad LGBTI con esta medida.

 

Enmarcar jurídicamente la negación a la posibilidad de donar sangre a “un hombre que haya sexualizado con otro hombre” (como elegantemente lo mencionan) no es más que homofobia sistematizada y globalizada; dando como infeliz consecuencia, campo abierto al odio, la discriminación, a la violación de derechos humanos por los que se supone esta “insigne” instancia superior debe velar.

 

Considerando que: a la hora de recibir donación del tan vital liquido rojo, hay todo un protocolo a seguir, mediante el cual la sangre debe ser meticulosamente estudiada y finamente almacenada y que, la orientación sexual no necesariamente define la salud sexual de la persona; esta medida pasa de disparatada a abusiva, pues genitalizar al ser humano no es más que una forma de dominar, dogmatizar, culpabilizar y marginar a la persona.

 

Europa, que durante años fue considerado el continente más gayfriendly del mundo. Hoy se posiciona entre los continentes barbáricos que a diario suman acciones contra las personas sexodiversas. Mientras tanto, nosotros los marginados seguimos luchando dia a dia, por un trozo de eso que nos pertenece: DERECHO A UNA VIDA DIGNA.