martes, 6 de mayo de 2014

GAYNESIS






Siendo yo un joven de 20 años, perfectamente inexperto, ansioso y exesivamente mental como siempre lo he sido, al sentir cierta atracción por los chicos, decidí comenzar mi respectivo proceso de investigación a cerca de lo que me pasaba, era el inicio de la era del internet, todo era excitante y nuevo debido al auge de la tecnología. Una compañera de estudios, comenzo a contarme sobre una pagina de internet donde se podía hablar con muchas personas a la vez, recuerdo su tono escandaloso : ¡Juan! ¿Que no lo ves? ¡Esto es vanguardismo puro! Entras, te conectas con muchas perosnas de todos lados del mundo, imagínate el avance que significa globalizar la comunicación de este modo, es mas chico, hay una sala donde los gays se conocen y hasta se enamoran, tu me dirás si esto no es avance nada podrá serlo… trate de no mostrar gran interés ni asombro, pero era inevitable, el corazón me latía con tal fuerza que estaba seguro que ella podía escucharlo, tenía unas enormes ganas de salir corriendo a buscar la fulana página que me llevaría al vanguardista encuentro del amor. 

Tras un par de días de incursionar en la red, hago contacto con un hombre cuyo nick “dotado69” dejaba claramente la intensión de su precensia en este espacio, con cautela abro la ventana para entablar conversación con el palomuo en cuestión, y para mi sorpresa me encuentro en una agradable charla, con un hombre sensible, que tras dos cortas horas me invita a un encuentro real, a tomar un café…

Al siguiente sábado a media mañana, me encontraba yo puntualísimo como nunca, con una ráfaga de nervios descontrolados y el alma pendiendo de un hilo en aquel café de altamira, había llegado 20 minutos antes, sin noción sobre si el fulano llegría, peor aun sin la más remota idea de quien era esta persona con la que me encontraría, solo tenía una descripcion grabada en la mente, la cual repetia en voz alta para no olvidar: alto, moreno, delgao, jeans y una franela azul.

Justo cuando ya no podía más y mi estómago me obligaba a pedir la cuenta para salir corriendo de ahí, a la orila de mi mesa se acerca un hermoso espécimen de un poco mas de 180 de humanidad, envuelto en perfume de diseñador, delicadamente peinado, con un rostro de revista y una dentadura de muerte lenta… con movimiento desenvuelto y confiado, hala la silla para sentarse mientras se dirigme a mi diciendo: Eres Juan Carlos ¿cierto? Mucho gusto, me llamo Sergio. Que bueno que viniste, no terminaba yo de decir palabra alguna cuando el típazo este había pedido un café el cual acompaño con una porción de dulces secos, y como si me conociera de toda la vida, comenzo el parloteo.

Pasaron 5 horas sin que me diera cuenta del tiempo, estaba totalmente embriagado con esta compañía, el sol matizado con una brisa suave me dotaba de una suerte de serenidad que rara vez experimentaba mi inquieto ser, anunciando ya la despedida, y asesinando la agradable experiencia que venia manteniendo a su lado, con voz severa mirándome a los ojos dijo: El ambiente es una gran olla de mierda, y algunas personas como yo, intentan salir de ella, se paran en el borde a esperar que otro salga para acompañarlos, pero todos están tan embarrados que no pueden tocarse, entonces terminan cansándose, y se lanzan de nuevo al mierdero.


Yo, que estaba montado en una nube de algodón dulce, no entendía con claridad si este discurso, era para espantarme porque no le había gustado, porque estaba resentido y odiaba al mundo, o porque definitivamente había fingido todo lo adorable que podia ser, solo para despues concluir con un cierre al más puro estilo de un thriller. Lo cierto fue que confuso decidí no emitir palabra al respecto, y en medio de mi silencio, transformandose en un irresistible seductor, rompe el vacío diciéndome, mi carro esta estacionado a una cuadra, vamos para que me des una mamada…

Lamento decepcionar a las mentes morbosas, pero ante tal situación y muy en mi contra, decline la oferta y me fui a caminar.

La gran mayoría de las veces, encuentro actitudes tan o más autodestructivas que estas, y la inveitable queja no nos deja ver con claridad donde se encuentra la falla, creo que todos somos un gran engranaje, unos tienen lo que otros necesitan y así van funcionando las cosas, pero para poder hallar el error, y mejorar las relaciones, sería bueno revisar eso que se nos enseño y con lo que venimos cargando por tantos años.

Juan Carlos Viera

5 comentarios:

Syl dijo...

Me gustó el relato. El final se avistaba como más de lo mismo (otro encuentrito casual y zuas! el gran BJ), pero demostraste que no andabas en la búsqueda de cualquier cosa que salga, que eres serio y que los tipazos, por más Brad Pitt que sean, no hacen flaquear tus principios. Sigue así, la vida te dará el hombre que te merezca, y que mereces.

juancarlosviera dijo...

que bella! gracias sil!

León dijo...

A esto yo lo llamaría "cybergaynésis", ya que es la génesis del gay en el mundo cibernético. Leyendo el relato, me recuerda a un ex-amigo que solía quedar con gente y la verdad es que le iba bastante bien. Evidentemente él no buscaba a alguien especial, era solo tener encuentros sexuales y acabar agotado.

Yo creo que detrás del comentario que soltó el "dotado69" habría algo más y podría haber merecido la pena si huebieses seguido trasteando su mente. Ojo, es mi humilde opinión.

Cocogens dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Cocogens dijo...

Este es el 5to intento por publicar mi comentario y creo que lo logré! jajajja

Pues este relato me impresionó sobre todo el final (you know) jajaja
definitivamente los principios y valores de los humanos nunca mueren... a veces se esconden, o los hacemos desaparecer pero creo que no hay hombre que pueda contra unos buenos valores inculcados... SERÁ PÁ LA PRÓXIMA DOTADO 69!!!

EXITOSSSSSSSSS!!

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