viernes, 19 de septiembre de 2014

El SUICIDIO




He de morir, no porque una infeliz consecuencia de la vida lo decida por mí. Sino porque poderoso me convertiré en la muerte misma, y me entregaré al abismo…
Juan Carlos Viera.


Uno de las constantes en los homosexuales es el suicidio, para ser bien honesto esta es una idea que ronda mi mente con cierta frecuencia, con la salvedad de que me he propuesto vivir con más intensidad, para así conquistar este fantasma que me seduce. Con el paso del tiempo he comenzado a buscar información sobre casos de suicidio, y me sorprendo ante la estadística que reza: que la edad promedio de homosexuales suicidas está comprendida entre los 16 y 25 años.

Sé por experiencia propia, que uno de los principales motivos por los que un gay se suicida, es el brutal ataque de la homofobia, y la vida en la heteronormativa, que no te permite tener estructura, donde no solo sean validados tus derechos, sino que seas reconocido ante la seguridad social del país; Sumado a la constante agresión y burla por parte de las personas en todos los espacios de interacción social, donde hasta la televisión usa la homosexualidad a modo de burla en sus programas cómicos, (que para mí de gracioso no tiene nada) pues eso es un tipo de agresión a los seres humanos, cuya forma de amar es tomada como una mofa. Degradándonos a la carcajada ignorante de los demás.

 Particularmente, con el paso del tiempo, he sentido que estoy desamparado frente una oleada agresiva y discriminatoria, ante la que tengo que enfrentarme día a día. Y la única forma que encuentro de sobreponerme a esto, es buscar ideas que me den paz, y construirme un sub país, donde logro rodearme de otras personas, con mente un poco más abierta y un nivel adecuado de respeto, con los que pueda convivir. Pero lamentablemente, no todos pueden hacerlo, hay situaciones denigrantes, que reducen al gay actual a la nada.
Encontramos también, las constantes manifestaciones por parte de las distintas religiones donde proponen al homosexual como un ser abominable ante los ojos de Dios, alejándolo así de la luz espiritual. Esto es promovido, o mejor dicho vociferado por la boca de “líderes espirituales” que desde un excesivo ego,  pretenden saber quién es Dios, que quiere y que detesta de su propia creación. Ideas estas, que definen al homosexual, como una aberración y una vergüenza, lo cual no lleva más que a la depresión y el desespero que desencadena en la necesidad de morir.

Venezuela y sus leyes, se hace la vista gorda ante el proyecto de ley matrimonio igualitario, que revindicaría socialmente al homosexual, mientras que en nuestro día a día, seguimos siendo víctimas de constantes abusos y atropellos por parte de miembros de la sociedad (civiles y cuerpos policiales) que maltratan, agreden y extorsionan a miembros de la comunidad GLBTIQ. Y observamos abismados el incremento de crímenes de odio, y de suicidios.

Marico, parcha, pato, mariposa, puta, cachapera, camionera, la lesbiana esa, machorra, entre muchos otros, conforman la gran gama de insultos que nos proporcionan a cada paso, alimentando el odio contra un ser humano que pertenece a tu tierra, a tu propia raza. Acción que invoca a la posibilidad de muerte prematura.

Sé que muchos homosexuales, pasean por la posibilidad de terminar con su vida en un momento determinado. Cada vez son más los casos y más organizados. Si alguien quiere abordar el tema ante una mente suicida, debe comenzar por despojarse de clichés tales como: El suicidio es un acto de cobardía y todas las bobadas que dicen al respecto; Porque para quitarse la vida ¡hay que tener las bolas bien puestas! Y detrás de esta idea hay un sufrimiento constante, una sensación perenne de “no encajar” y una visión aterradora de la vida en las condiciones que se nos ofrece. Es una lucha que se tiene con cada instante de la respiración. Ante esto, sería mejor abordar el dolor, la soledad, el maltrato, la existencia, desde el acompañamiento, y no desde el prejuicio…

Que alguien se suicide no es un hecho aislado como siempre han querido mostrarlo, tampoco es un evento que deba pasar debajo de la mesa. El suicidio; Es una consecuencia de la pobreza educativa de una sociedad, del fracaso de un sistema político, de una influencia demoniaca por parte de la religión, y una terrible consecuencia del abuso y mal trato de muchos, que pasando por encima de los principios de respeto e igualdad de condiciones, agregan cuerpos sin vida, a una interminable lista de errores de la humanidad.



viernes, 5 de septiembre de 2014

Tecno relaciones.



Una de las principales características de las personas de ambiente es el uso de la tecnología como plataforma de contacto con otras personas. Lo cual según mi experiencia propia es un fenómeno maravilloso, porque combina una data inmensa de individuos de distintas culturas, razas, creencias, edades. Con la inmediatez del contacto en un dispositivo móvil. Que además tienen un único fin en común, el encuentro humano…
Esto bien manejado puede resultar muy potente, y terminar convirtiéndose en una experiencia muy nutritiva e interesante. Pero como buenos humanos al fin, tenemos unos cuantos lastres emocionales que terminamos convirtiendo en atajos para evitar el contacto emocional; porque esto nos convertiría en seres vulnerables, haciéndonos unos sensibles incontrolables…

Noto con especial interés como nacen nuevas terminologías derivadas esta forma de contacto: Cyber amigo, amante 2.0. Habitantes tecnológicos, stalkers, troles, etc. Y esto va haciendo que el encuentro sea cada vez más impersonal. Haciendo uso de la teoría de la relatividad y siendo un poco abogado del diablo, he de confesar que considero que esto tiene un aspecto positivo, ha hecho que las personas mantengan una relación más estrecha con su mundo interno, y desarrollan una especie de existencia intrapersonal en el cyber espacio. Creando fenómenos en cuestiones de segundos.

Ahora bien, lo que realmente cuestiono de todo esto, es como la tecnología, siendo una herramienta tan poderosa ha logrado hacer que el individuo lejos de potenciarse a través de ella, tenga la auto destructiva tendencia a congelar las relaciones con sus símiles. Más concretamente entre miembros de la comunidad GLBT. Encuentro una enorme oleada de personas sedientas del ansiado encuentro humano, pero que caen en una suerte de impase 2.0. Donde lejos de sacar provecho para obtener un mejor resultado en sus distintas búsquedas, terminan simplemente dejándose llevar por una tendencia que sabrá la fibra óptica de donde salió.

Reiterados mensajes en las redes sociales que rezan cosas como: - No colecciono contactos.  - Sin fotos del cuerpo no respondo.
Sin hablar de los incongruentes: Busco amigos. Abstenerse pasivas, locas, gordos, negros y viejos…

Todo esto, muy a mi parecer es un vulgar desfile de discriminación. Protagonizada por el mismo combo de personas que mantienen la titánica labor de defender sus derechos y hacerse respetar. Harina esta de otro costal que ya abordare en su momento.
Por otra parte, surge el cyber amor. Paradójicamente, en el vano intento de preservar nuestras emociones, estas terminan mezclándose y haciéndose de las suyas en cuanta acción humana emprendamos. Nadie esta exento de esto. Claro es lo más natural. Considerando que las emociones son el indicativo de vida en cada persona. Donde coloquemos los genitales, estarán las emociones. (Por no ser soez y terminar colocando el corazón donde no estoy seguro que pueda estar). Abriendo la posibilidad de que nazca el enamoramiento, y en consecuencia el amor.

Extrañamente creo que esto puede ocurrir. Pero, particularmente considero, que para que surja el amor debe existir un vínculo, para que exista ese vínculo debe haber roce. Y no creo que con un aparato de por medio, suceda tal cosa. Sin embargo, a través de la  tecnología, la persona construye una proyección, y la coloca en el mundo virtual, siendo algo tan sublime y hermoso que sería imposible no enamorarse de eso. Pero no logra identificar que, de lo que se está enamorando es de sí mismo.


Otro fenómeno creciente es el envío masivo de fotos de partes interesantísimas del cuerpo, y el protagónico video porno casero que se cuelga en las distintas webs destinadas a la exhibición de este material, y que los usuarios no dudan en exponer. Como una especie de compartir íntimo, que sexualiza el contacto, en un intento de humanizar la relación virtual. Donde las personas se muestran tal y como son, con todas sus consecuencias. Y en este punto me detengo y pregunto: ¿Tal y como son? No creo que esto sea solo lo que las personas son, considero que es una parte recreativa de sí. Pero levantaría una alarma e invitaría a que todos nos preguntemos, si esta manera de manejar la tecnología, en las redes sociales y los apps. No es más que un nuevo gueto que hemos creado, para que los homosexuales sigamos manteniéndonos aislados no solo del mundo externo, sino también de nosotros mismos.


Juan Carlos Viera.