viernes, 19 de diciembre de 2014
miércoles, 3 de diciembre de 2014
Dulces ganas
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juancarlosviera
18:52
Esa noche, entre risas y bromas, llegamos a ese pequeño callejón
extraviado en la ciudad. Un halo de luz dorada yacía cómplice del beso y de mis
manos que recorrieron su sólido cuerpo bañado de dulces ganas. Yo sublime
apasionado, sórdido arriesgado; Sostuve su miembro con mis labios, profiriendo
amor, ingerí con cada succión lo más dulce de su esencia. Lo más puro de su ser…
Juan Carlos Viera.
Microrelato participante en concurso literario.
domingo, 12 de octubre de 2014
creencias
Written by
juancarlosviera
13:43
Indagando un poco en el tema de
las relaciones, me encuentro con un pensamiento constante, transformado en
creencia; Que ha pasado a cobrar tanta fuerza que ha llegado a convertirse en
una “Falsa verdad” y que reza lo siguiente: LOS HOMBRES GAYS NO SIRVEN. Así es;
tengo la creencia de que los hombres gays no sirven. Y esto va aderezado con
los siguientes complementos:
Todos los hombres gays, solo
buscan sexo.
No hay un solo hombre gay dispuesto
a amar.
Todos los hombres gays son
infieles.
Todos los hombres gays son unos discapacitados
emocionales.
Y pare usted de contar…. ¿Fuerte la
cosa no?
Con actitud explorativa escudriño
un poco más en los ¿Cómo? y los ¿Por qué tengo esa creencia?; ¿De dónde vienen?
¿A dónde me llevan? Para finalmente caer abismado con las respuestas que poco a
poco voy encontrando.
Todo comenzó en un encuentro
acaecido cuando tenía escasos 21 años y comencé a relacionarme románticamente con
hombres. Un buen día; Tuve el impulso de contactar personas con las mismas
inquietudes que yo, y echando mano de la tecnología conocí a un chico… Era unos
años mayor; Alto, de buena figura, bastante atractivo la verdad; Pero
emocionalmente enfermo. Este personaje vivía consumido en frustraciones y
tristezas (cosa que solo pude ver con el paso del tiempo) quien a escasos 5
minutos de conversación me revela “la verdad del ambiente”: El ambiente es una
gran olla de mierda hirviendo, en la que están todos los maricos nadando; de
vez en cuando alguno que otro sale Y se para en el borde, aguardando a que
alguien más lo acompañe; Pero se cansa de esperar y se vuelve a lanzar en el
mierdero.
He de confesar que de entrada me pareció
rudo y exagerado pensar de ese modo; Pero para mí mala suerte, algunas experiencias
posteriores reforzaron esta idea en mí, dejándome a la deriva entre lo que
quiero y lo que creo de eso que quiero.
Todo esto me mantuvo por años saltando
de una relación frustrada a otra; Pendulaba entre la autenticidad de los
sentimientos que surgían en mí, y la predisposición a que cualquier persona con
la que me involucrara era esencialmente mala, y que de un momento a otro no
haría otra cosa más que lastimarme. Por lo tanto, no podía permitirme hipotecar
mis sentimientos en alguien en el que jamás podría confiar; Y que
inevitablemente terminaría la relación, porque definitivamente nadie puede
estar con alguien que no confía, que no se entrega, que no cree más que en los
aspectos negativos de las personas.
Considerando que las relaciones
son la base de todo; Ya que en el encuentro con el otro es donde se manifiesta
nuestro ser. Es inevitable toparse un día con una encrucijada entre nuestras
necesidades emocionales y lo que creemos de las relaciones románticas. Es ahí donde
nuestras creencias toman parte protagónica de nuestra historia personal; Influyendo
inconscientemente en nuestras acciones a
cada paso que damos. Si nuestras ideas están viciadas con creencias que nos
alejan de una experiencia sana, no solo damos un golpe a la estima, sino que también
producimos es una suerte de asesinato emocional. Todo esto da como infame
resultado una sumatoria de malas y dolorosas experiencias, que nos van secando,
manteniéndonos cada vez más serrado al placer y bienestar.
No pretendo negar que algunas
personas tienen un comportamiento autodestructivo, pero hoy por hoy no creo que
sea esta la verdad única que sostiene al mundo, me parece más bien que es un
momento de oscuridad por el cual todos atravesamos, y que al fin de cuentas somos
más que eso… Todos tenemos un poco de luz y oscuridad, de odio y amor, de alegría
y resentimiento, de pureza y toxicidad. Y esto es lo que nos hace HUMANOS.
Miles de personas son cautivas de
ideas y pensamientos poco saludables de nuestras formas de relacionarnos, pero hay
mucho de NO CIERTO en nuestras creencias; Sería prudente cuidar nuestras fantasías,
pues nada es absoluto. Nuestras vidas constan de una fuerte carga de
relatividad; Por lo tanto, más que generar falsas verdades como un mecanismo de
defensa, Cuidarnos y atendernos sería lo más adecuado.
Nuestro mundo interno es tan sutil
y delicado que un paso en falso podría desviarnos del camino a la felicidad, mas
estamos destinados a dar muchos pasos… Y en ese tránsito, no estamos exentos de
encontrarnos con personas que de alguna manera están llenos de infinitos
pensamientos y acciones negativas; Está en nuestras manos romper con los patrones
que nos limita y nos minimiza en las sombras.
Mantenernos alegres, motivados,
fieles a nuestro sentir; Para procurar una experiencia de vida emocional y psicológicamente
más sana, solo depende de cada uno de nosotros; De nuestra madurez y de la
capacidad que tengamos para entender, perdonar y continuar.
Si conquistamos nuestros miedos, miramos
la vida con una actitud más abierta a la experiencia; Si aceptamos que todo
aquello que sucede tiene el fin único de otorgarnos sabiduría y aprendizaje, y
que en el contacto con el otro podemos recrear lo más valioso de nosotros
mismos, la verdad siempre se nos será revelada. Y en feliz consecuencia,
tendremos una existencia más plena.
Juan Carlos Viera.
viernes, 19 de septiembre de 2014
El SUICIDIO
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juancarlosviera
12:35
He de morir, no porque una infeliz
consecuencia de la vida lo decida por mí. Sino porque poderoso me convertiré en
la muerte misma, y me entregaré al abismo…
Juan
Carlos Viera.
Uno de las constantes en los
homosexuales es el suicidio, para ser bien honesto esta es una idea que ronda
mi mente con cierta frecuencia, con la salvedad de que me he propuesto vivir
con más intensidad, para así conquistar este fantasma que me seduce. Con el
paso del tiempo he comenzado a buscar información sobre casos de suicidio, y me
sorprendo ante la estadística que reza: que la edad promedio de homosexuales
suicidas está comprendida entre los 16 y 25 años.
Sé por experiencia propia,
que uno de los principales motivos por los que un gay se suicida, es el brutal
ataque de la homofobia, y la vida en la heteronormativa, que no te permite
tener estructura, donde no solo sean validados tus derechos, sino que seas
reconocido ante la seguridad social del país; Sumado a la constante agresión y
burla por parte de las personas en todos los espacios de interacción social, donde
hasta la televisión usa la homosexualidad a modo de burla en sus programas cómicos,
(que para mí de gracioso no tiene nada) pues eso es un tipo de agresión a los
seres humanos, cuya forma de amar es tomada como una mofa. Degradándonos a la
carcajada ignorante de los demás.
Particularmente, con el paso del tiempo, he
sentido que estoy desamparado frente una oleada agresiva y discriminatoria,
ante la que tengo que enfrentarme día a día. Y la única forma que encuentro de
sobreponerme a esto, es buscar ideas que me den paz, y construirme un sub país,
donde logro rodearme de otras personas, con mente un poco más abierta y un nivel
adecuado de respeto, con los que pueda convivir. Pero lamentablemente, no todos
pueden hacerlo, hay situaciones denigrantes, que reducen al gay actual a la
nada.
Encontramos también, las constantes
manifestaciones por parte de las distintas religiones donde proponen al
homosexual como un ser abominable ante los ojos de Dios, alejándolo así de la
luz espiritual. Esto es promovido, o mejor dicho vociferado por la boca de “líderes
espirituales” que desde un excesivo ego, pretenden saber quién es Dios, que quiere y
que detesta de su propia creación. Ideas estas, que definen al homosexual, como
una aberración y una vergüenza, lo cual no lleva más que a la depresión y el
desespero que desencadena en la necesidad de morir.
Venezuela y sus leyes, se
hace la vista gorda ante el proyecto de ley matrimonio igualitario, que revindicaría
socialmente al homosexual, mientras que en nuestro día a día, seguimos siendo víctimas
de constantes abusos y atropellos por parte de miembros de la sociedad (civiles
y cuerpos policiales) que maltratan, agreden y extorsionan a miembros de la
comunidad GLBTIQ. Y observamos abismados el incremento de crímenes de odio, y
de suicidios.
Marico, parcha, pato,
mariposa, puta, cachapera, camionera, la lesbiana esa, machorra, entre muchos
otros, conforman la gran gama de insultos que nos proporcionan a cada paso,
alimentando el odio contra un ser humano que pertenece a tu tierra, a tu propia
raza. Acción que invoca a la posibilidad de muerte prematura.
Sé que muchos homosexuales, pasean por la posibilidad de terminar con su
vida en un momento determinado. Cada vez son más los casos y más organizados.
Si alguien quiere abordar el tema ante una mente suicida, debe comenzar por
despojarse de clichés tales como: El suicidio es un acto de cobardía y todas las
bobadas que dicen al respecto; Porque para quitarse la vida ¡hay que tener las
bolas bien puestas! Y detrás de esta idea hay un sufrimiento constante, una sensación
perenne de “no encajar” y una visión aterradora de la vida en las condiciones
que se nos ofrece. Es una lucha que se tiene con cada instante de la respiración.
Ante esto, sería mejor abordar el dolor, la soledad, el maltrato, la existencia,
desde el acompañamiento, y no desde el prejuicio…
Que alguien se suicide no es un hecho aislado como siempre han querido
mostrarlo, tampoco es un evento que deba pasar debajo de la mesa. El suicidio; Es
una consecuencia de la pobreza educativa de una sociedad, del fracaso de un
sistema político, de una influencia demoniaca por parte de la religión, y una
terrible consecuencia del abuso y mal trato de muchos, que pasando por encima
de los principios de respeto e igualdad de condiciones, agregan cuerpos sin
vida, a una interminable lista de errores de la humanidad.
viernes, 5 de septiembre de 2014
Tecno relaciones.
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juancarlosviera
19:22
Una
de las principales características de las personas de ambiente es el uso de la
tecnología como plataforma de contacto con otras personas. Lo cual según mi
experiencia propia es un fenómeno maravilloso, porque combina una data inmensa
de individuos de distintas culturas, razas, creencias, edades. Con la
inmediatez del contacto en un dispositivo móvil. Que además tienen un único fin
en común, el encuentro humano…
Esto
bien manejado puede resultar muy potente, y terminar convirtiéndose en una
experiencia muy nutritiva e interesante. Pero como buenos humanos al fin,
tenemos unos cuantos lastres emocionales que terminamos convirtiendo en atajos
para evitar el contacto emocional; porque esto nos convertiría en seres
vulnerables, haciéndonos unos sensibles incontrolables…
Noto
con especial interés como nacen nuevas terminologías derivadas esta forma de contacto:
Cyber amigo, amante 2.0. Habitantes tecnológicos, stalkers, troles, etc. Y esto
va haciendo que el encuentro sea cada vez más impersonal. Haciendo uso de la teoría
de la relatividad y siendo un poco abogado del diablo, he de confesar que
considero que esto tiene un aspecto positivo, ha hecho que las personas
mantengan una relación más estrecha con su mundo interno, y desarrollan una
especie de existencia intrapersonal en el cyber espacio. Creando fenómenos en
cuestiones de segundos.
Ahora
bien, lo que realmente cuestiono de todo esto, es como la tecnología, siendo
una herramienta tan poderosa ha logrado hacer que el individuo lejos de
potenciarse a través de ella, tenga la auto destructiva tendencia a congelar las
relaciones con sus símiles. Más concretamente entre miembros de la comunidad
GLBT. Encuentro una enorme oleada de personas sedientas del ansiado encuentro
humano, pero que caen en una suerte de impase 2.0. Donde lejos de sacar
provecho para obtener un mejor resultado en sus distintas búsquedas, terminan
simplemente dejándose llevar por una tendencia que sabrá la fibra óptica de
donde salió.
Reiterados
mensajes en las redes sociales que rezan cosas como: - No colecciono contactos.
- Sin fotos del cuerpo no respondo.
Sin
hablar de los incongruentes: Busco amigos. Abstenerse pasivas, locas, gordos,
negros y viejos…
Todo
esto, muy a mi parecer es un vulgar desfile de discriminación. Protagonizada
por el mismo combo de personas que mantienen la titánica labor de defender sus
derechos y hacerse respetar. Harina esta de otro costal que ya abordare en su
momento.
Por
otra parte, surge el cyber amor. Paradójicamente, en el vano intento de
preservar nuestras emociones, estas terminan mezclándose y haciéndose de las
suyas en cuanta acción humana emprendamos. Nadie esta exento de esto. Claro es
lo más natural. Considerando que las emociones son el indicativo de vida en
cada persona. Donde coloquemos los genitales, estarán las emociones. (Por no ser
soez y terminar colocando el corazón donde no estoy seguro que pueda estar). Abriendo
la posibilidad de que nazca el enamoramiento, y en consecuencia el amor.
Extrañamente
creo que esto puede ocurrir. Pero, particularmente considero, que para que
surja el amor debe existir un vínculo, para que exista ese vínculo debe haber
roce. Y no creo que con un aparato de por medio, suceda tal cosa. Sin embargo, a
través de la tecnología, la persona
construye una proyección, y la coloca en el mundo virtual, siendo algo tan
sublime y hermoso que sería imposible no enamorarse de eso. Pero no logra
identificar que, de lo que se está enamorando es de sí mismo.
Otro
fenómeno creciente es el envío masivo de fotos de partes interesantísimas del
cuerpo, y el protagónico video porno casero que se cuelga en las distintas webs
destinadas a la exhibición de este material, y que los usuarios no dudan en exponer.
Como una especie de compartir íntimo, que sexualiza el contacto, en un intento
de humanizar la relación virtual. Donde las personas se muestran tal y como
son, con todas sus consecuencias. Y en este punto me detengo y pregunto: ¿Tal y
como son? No creo que esto sea solo lo que las personas son, considero que es
una parte recreativa de sí. Pero levantaría una alarma e invitaría a que todos
nos preguntemos, si esta manera de manejar la tecnología, en las redes sociales
y los apps. No es más que un nuevo gueto que hemos creado, para que los
homosexuales sigamos manteniéndonos aislados no solo del mundo externo, sino también
de nosotros mismos.
Juan Carlos Viera.
jueves, 22 de mayo de 2014
Mi primera vez
Written by
juancarlosviera
20:46
Hacía cuatro meses
de comenzar el año 2002, no sucedía gran cosa en mi vida, me encontraba
sumergido en el trabajo y las clases de la universidad, ahora que lo pienso
creo que realizaba muchas cosas a la vez como una manera de mantener bajo
control el mono de circo que habita mi mente, trabajaba por las noches en una
línea de entretenimiento sano para dultos -nombre que le daban al servicio
atención telefonica al morbo y la pervensión de individuos solos, abandonados,
parafílicos y retorcidos del país-, en la mañana dedicaba 5 horas academicas a
estudiar diseño gráfico, en las tardes asistía a clases de ingles y volvía en
las noches a mi clandestina labor de entretener a los adultos con mi engolada
voz, dormía en casa una noche si una no, y en los autobuses y metro, mientras
me trasladaba de un sitio a otro.
Comunmente llevaba
conmigo una loncherita azul llena de comida. frutas y golocinas, exepto los
viernes que me dedicaba a recorrer algunos restaurantes del este de la ciudad,
probando los platos del día, como una forma de premiarme a mi mismo por echarle
tantas ganas a hacer tantas cosas. Fue un viernes de esos, cuando parado en el
semaforo de la tercera avenida de los palos grandes, tratando de decidir sobre
cual restaurante visitaría esta vez, lo vi venir a mi, una hermosa e impecable
piel blanca recubría aquel hombre de altura excepcional, calva pulida y un par
de ojos verdes enmarcados en una franca sonrrisa, jamas se borrara de mi memoria
como paso a paso casi en camara lenta, se acercaba cada vez más, mientras una
extraña sensación me embargaba, me sudaban las manos, mis rodillas se aflojaron
abandonandome a un blanco total de mi mente, sufría una especie inmobilidad,
hasta que un repentino hola ¿como estas? Me sacudio subitamente.
Tal seria mi
confusión, yo una simple huella de carbono, tirada en este rincón de la vía
lactea, blnaqueado y paralizado en esa esquina, alucinando en la contemplación
de esta exotica criatura que llega y me saluda con tal familiaridad, ¿como es
eso de hola como estas? ¿De donde me conoce? Con dificultad esboce un escueto
¡epale! A modo de saludo, mientras tomaba su mano por mera formalidad, pero
perdido en los gaveteros de mi mente, intentando reconocer quien era este
personaje.
¿Qué haces por
aquí? Me preguntó a quema ropa, Aumentando mi confusión. ¡Listo no podía mas!
la presión en mi pecho amenazaba con asfixiarme, disculpa que vergüenza, ¿de
donde nos conocemos? no te recuerdo. A lo cual con ligereza contestó, no nos
conocemos, pero podemos intentarlo. ¡Madre santa! El terror se apoderó de mi,
seguro este tipo quiere aplicarme un paquete chileno, no me conoce y se me
acerca así, esto me huele a estafa, aunque no se que me van a estafar a mi, un
pobre mortal que trabajaba para pagar las cuentas y tirarmelas de fresa los
viernes al medio día en los restaurantes de la zona, ademas no contaba con más
que un tiket de metro y un par de billetes para pagar el almuerzo.
Por cierto me
llamo Luis, ¿cual me dijiste que era tu nombre? juan carlos, coneteste y no te lo había dicho,
-añadí soltando un poco de veneno a modo de sobrevivencia-, pero exitado con la
posibilidad de hacerme amigo de un hombre tan atractivo. He de confesar que yo
no sabía nada de relaciones entre hombres, para mi los tipos no eran más que amigotes
con los que jugaba pool, tomaba cerveza y echaba cuentos, no entendía que para
relacionrse no existe más protocolo que ser educado y respetuoso, pero que lo
que ocurre entre dos personas es un fenomeno aislado de la norma social.
Decidí confiar, al
final se trata de usar el instinto, y el mío me decía que todo estaba bien, que
no corría peligro y me aventure a aceptar su compañía, fuimos al restaurante más
cercano, tras un almuerzo ligero, digo yo ligero pues realmente no logro
recordar que fue lo que comimos, la charla con Luis había embargdo todo vestigio
de conscienca en mi, haciendome olvidar lo que tenia que hacer durante el resto
del día. Facilmente podría decir que fue la tarde más interesante que había
tenido en mi vida hasta ese momento, luego de una larguisima charla llena de
risas y emociones, tras intercambiar datos básicos de concato (telefono,
e-mail, y la dirección directo a la perdición) con la frase hasta pronto… te
llamo para que salgamos de nuevo, (cosa a lo cual no me pretendía negar) nos
despedimos quedando con ganas de más...
Me fuí directo a
trabajar, esa noche fue la más inquietante de mis noches, sentado en el cubículo,
sin poder concentrarme, solo recordaba cada palabra de luis, cada extraño
halago durante el almuerzo y en mi cabeza la pregunta de las cien mil lochas
¿será que este tipo es gay? no parecía, ¡tenía pinta de macho! He de confesar
que para este momento yo era catedraticamaente gay, sabía que esa era mi
orientación sexual porque lo había leído en millones de textos, y porque cada
vez que veía un hombre atractivo (que además en esta ciudad sobran) algo dentro
de mi bragueta se movía, y me ponía como contento.
Pasaron al menos
unos cinco espantosos días llenos de ansias por ver al hombre motivo de mi
desbordante erortismo, donde por lo menos quince veces me había masturabado
pensando en como sería besarle, en mi fantasía lo imaginaba besandolo nada más –
bastante naif y romantico pensamiento-, pero hasta entonces la idea de tocar
otro organo reproductivo masculino que no fuese el mio, me era un tanto
repungante, solo quería besarle hasta eyacular ¡y nada que aparecía el muy
imbecil! él que no me llamaba y yo que ni a palazos me atrevía a llamarlo, en
un intentno de ganar algo de paz mental y recuperar mi autonomía psicológica, comencé
a hacerme la idea de que eso había llegado hasta ahí, que no pasaría de ser una
anécdota más, justo cuando ya me había convencido de que esa historia pertenecía
al pasado, ¡zas! Recibo una llamada al celular, veo el nombre de pantalla, Luis
Palos Grandes (como muchos, siempre ponía en mi base de datos, una palabra que
me recordara de forma directa de quien se trataba) tratando de recuperar la
calma y no gritar como loco, comence a dar brinquitos y tomando una respiración
profunda engolando la voz, tratando de que no se me notara nada, atiendo con un
desinterado, ¿Sí buen día?
-Hola Juan es
Luis, el chamo de los palos grandes ¿recuerdas?
-Yo todo hecho el
loco, ¿Luis? Ummm Luis, ¿cual Luis? Recuerdame por favor… ¡nunca había sido tan
falso en mi vida! claro que sabía de quien se trataba, estaba esperando esa
llamada desde el momento que naci ¡por Dios! - Ah claro Luis, el pana con el
que almorce el viernes pasado.
- Te llamaba para
ver si te animabas a tomar algo esta tarde.
-Aun metido en
personaje le coneste, podria ser, ¿que propones?
Te espero a las
5pm en Plaza Altamira y ahí decidimos a donde vamos ¿te parece?
-Me parece, ahí
nos vemos, te dejo, tengo que colgar esta entrando otra llamada.
-Vale juan te
espero.
¡Coñoooooooooooo
me llamó! Grité con fuerza liberando por fín la emoción quincieañera que despertaba
en mi esta vaina. Acto seguido corrí a la peluqeria me corte el cabello, me
hizo la minucura la pedicura y la maricura, tenía que estar optimo de pies a
cabeza, compre una camisa nueva (la ocación lo ameritaba) y como un clavel a
las 5pm estaba ahí paradote en la plaza, ¡tan contento que opacaba! practicando
un saludo que no delatara la epica gana que tenía de tirarmele encima y clavarle
un beso con lengua, con agarrón de nalga y recoston de toton.
5:05 pm. Lo ví
venir, comenzaba a morir lentamente, ¿que tenía este tipo que cuando caminana
se me iban los tiempos? ¡Matame Dios mío me llego en traje formal¡ extendió su
mano hacia mi, al tomarla haló con suavidad de ella para acercarme a su cuerpo
y darme un abrazo, una indiscreta erección involuntaria me delataba y es que ni
un hola de los quinientos que habia practicado pude decir. Estaba jodido, este
hombre me ponía mal…
Caminamos al café
mas cercano de la zona, conversamos un par de horas, mientras más hablaba el,
más me convencia yo de que necesitaba con urgencia saber si esto me lo estaba
montando yo solo o si a el le pasaba lo mismo.
Se encontraba a la
mitad del cuento de su ultimo viaje a España, cuando asi sin más le suelto la
perla
–Mira pana, ¿Que
es lo tuyo conmigo?
-Sorpendido se
recuesta de la silla y como pudo respondió: Bueno pana lo mío contigo es todo.
-Hablame claro
Luis, insistí, -despues de tanta guerra interna, que sí que no que caiga un
chaparron, ¡necesitaba salir de eso ya!-
-Bueno, yo soy
gay, es decir, me gustan los hombres y bueno…
-Quiero besarte
Luis
-Bien, vamos a mi casa, yo vivo solo y ahí no
tendremos problema alguno.
¿Que demonios estaba haciendo? Me preguntaba a mi
mismo, mientras a paso temboloroso caminaba casi detrás de Luis como si no
quisiera que alguien se diera cuenta que ibamos juntos, -que porquería que
tengas que esconderte para darle un beso al hombre del que estas enamorado-
¿Enamorado? ¿En serio estaba pensando eso? ¡Pero si lo acabo de concoer!
Subimos al apartamento, al abrir la puerta se veía una
calida luz dorada que se colaba por las hendiduras de la persiana de la sala, detrás
de mi Luis cerro la puerta, me tomó
por el hombro, pegandome contra la pared y con un suave movimiento, tomo mi
rostro entre sus suvaes manos, acercando su boca a la mía, con un tierno y
apasionado beso derritio todas mis dudas y temores, llenandome de la certeza del
inmenso amor que sentía en ese momento por este hombre, no recuerdo como nos
despojamos de la ropa, no podría describirlo, solo se que fuimos quitando de en
medio todo lo que pudiera estorbar a este encuentro, hasta quedar totalmente
desnudos, la piel fue solo la excusa que nos servia de puente a la conexión que
teniamos desde el primer momento en que nos vimos, donde la penetración del
cuerpo no fue más que un conector para sentir que valía la pena estar ahí
presentes con todas nuestras circunstancias. Era la primera vez que me sucedía
algo tan sublime, nunca me imagine que poseer y ser poseído por un hombre, podía
lograr hacerme morir con cada gemido, para renacer en el suspiro de un orgasmo…
Juan Carlos Viera.
jueves, 15 de mayo de 2014
viernes, 9 de mayo de 2014
El punto y final de esta historia.
Written by
juancarlosviera
13:45
Querido amigo, No sé
por dónde empezar, ni me imagino como lo vas a tomar, pero ante mi terrible
condición humana y la inevitable labor de morir algún día, he de confesar que
te amo.
Seguramente a este
punto de palabras ya te encontraras espantado, sé que no es normal que un
hombre le diga esto a otro, pero en mi caso es ineludiblemente natural, y ahora
que lo pienso, lo supe desde principio, esa cansada noche de mayo, cuando un
enorme vacío en mi pecho me llevó a solas al concierto aquel, buscando un
motivo que me diera una bocanada de aliento para poder continuar. Inundado en
tedio y aplastado a pisotones por la eufórica multitud, volví la mirada y
estabas tu, con tanta vida que daba envidia, mientras te observaba me decía,
¿cómo puede alguien verse así y no ser pecado? De repente, con una rápida
mirada me atravesaste en la distancia, como si te perteneciera, como si ya sabías
quien era, con una familiaridad abrumadora te acercaste a mi, invitándome a tu
grupo de amigos, con el aliento robado acepte sin saber con claridad lo que
pasaba, me deje llevar sin más, y sin darme cuenta termine en esto que siento
hoy por ti.
Y fue así como comenzó
todo, poco a poco me sume salidas, intensas noches de derrumbe en tu sofá,
compañías de cine, y la inevitable intimidad que proporcionan los tragos, o
como ese día que te vi llorar por primera vez, y que no dude en abrazarte de
consuelo, para que sintieras que no estabas solo, para sentirnos que no estábamos
solos.
Desde entonces y sin
decirlo, una fuerte sensación de afecto se fue apoderando de mi, invencible
podía hacer cosas que jamás me sospechaba capaz, tú y tu presencia me alimentaban
el alma, llenándome de color la existencia, pulsando cada latido a punta de
choques de manos, abrazos a cadera separadas, llamadas telefónicas, anécdotas
de chicas, algunas amadas otras desechadas, y muchas otras de simple aventura,
que con cada relato me colocaban en la fantasía literaria donde tú y yo protagonizamos
historias, ensayos, novelas, leyendas helénicas desbordadas de fuerza copadas
de guerras de amor, si de amor, como este
que te confieso.
Pero el inevitable paso
del tiempo nos obliga a darle ese falso sentido que la vida “tiene que tener”.
No se nos dijo que también se podía vivir de forma alternativa, peor aún, no se
nos permite vivir una vida alternativa, y es justo ahí donde habito yo, en el
lado alterno del rincón oscuro de tu vida, espacio liberado para encuentros
desprovistos de miedos y prejuicios y tú, tan exacto como siempre, no escapas
del deber, te apegas a la costumbre y le darás al mundo ni más ni menos que
aquello que esperan de ti, mientras yo de rodillas con los brazos rotos y el
alma hecha polvo te veré partir…
Hoy te casas, con
descaro me pides una historia más, con decoro acepto la cancelación de
temporada, hay nuevo elenco, me cuentas, una protagonista fenomenal, que te has
enamorado de verdad y ahora sí harás tu vida. Pero la verdad mi amigo no harás
tu vida, ¡que va! harás una clásica vida como la que se espera, con casita de
chocolate, perritos y lucecitas de
navidad en el techo, para que el brillo opaque la liberada verdad de tu
oscuridad.
Se rompe la fantasía, y
con ella caduca todo rastro de entendimiento y lucidez en mi, en el silencio de
esta soledad que hoy dejas no puedo hacer otra cosa más que llorar amargamente,
no por ti, ni por mi, sino por los dos, por los momentos, por las promesas, por
las mentiras y por esta realidad que me aterriza de golpe al cruel balde donde
desechábamos las historias que ya no nos divertían.
Aquí estoy, formal, vestido
de punta en blanco y teñido por dentro de gris, con la sonrisa presta y el
corazón destrozado, agonizando en este amor, pulsando menos, pero pulsando y en
esta carta y con dolor acepto el punto y final de esta historia.
Juan Carlos Viera
martes, 6 de mayo de 2014
GAYNESIS
Written by
juancarlosviera
13:25
Siendo yo un joven
de 20 años, perfectamente inexperto, ansioso y exesivamente mental como siempre
lo he sido, al sentir cierta atracción por los chicos, decidí comenzar mi
respectivo proceso de investigación a cerca de lo que me pasaba, era el inicio
de la era del internet, todo era excitante y nuevo debido al auge de la
tecnología. Una compañera de estudios, comenzo a contarme sobre una pagina de
internet donde se podía hablar con muchas personas a la vez, recuerdo su tono
escandaloso : ¡Juan! ¿Que no lo ves? ¡Esto es vanguardismo puro! Entras, te
conectas con muchas perosnas de todos lados del mundo, imagínate el avance que
significa globalizar la comunicación de este modo, es mas chico, hay una sala
donde los gays se conocen y hasta se enamoran, tu me dirás si esto no es avance
nada podrá serlo… trate de no mostrar gran interés ni asombro, pero era
inevitable, el corazón me latía con tal fuerza que estaba seguro que ella podía
escucharlo, tenía unas enormes ganas de salir corriendo a buscar la fulana
página que me llevaría al vanguardista encuentro del amor.
Tras un par de
días de incursionar en la red, hago contacto con un hombre cuyo nick “dotado69”
dejaba claramente la intensión de su precensia en este espacio, con cautela abro
la ventana para entablar conversación con el palomuo en cuestión, y para mi
sorpresa me encuentro en una agradable charla, con un hombre sensible, que tras
dos cortas horas me invita a un encuentro real, a tomar un café…
Al siguiente
sábado a media mañana, me encontraba yo puntualísimo como nunca, con una ráfaga
de nervios descontrolados y el alma pendiendo de un hilo en aquel café de
altamira, había llegado 20 minutos antes, sin noción sobre si el fulano
llegría, peor aun sin la más remota idea de quien era esta persona con la que
me encontraría, solo tenía una descripcion grabada en la mente, la cual repetia
en voz alta para no olvidar: alto, moreno, delgao, jeans y una franela azul.
Justo cuando ya no
podía más y mi estómago me obligaba a pedir la cuenta para salir corriendo de
ahí, a la orila de mi mesa se acerca un hermoso espécimen de un poco mas de 180
de humanidad, envuelto en perfume de diseñador, delicadamente peinado, con un
rostro de revista y una dentadura de muerte lenta… con movimiento desenvuelto y
confiado, hala la silla para sentarse mientras se dirigme a mi diciendo: Eres
Juan Carlos ¿cierto? Mucho gusto, me llamo Sergio. Que bueno que viniste, no
terminaba yo de decir palabra alguna cuando el típazo este había pedido un café
el cual acompaño con una porción de dulces secos, y como si me conociera de
toda la vida, comenzo el parloteo.
Pasaron 5 horas
sin que me diera cuenta del tiempo, estaba totalmente embriagado con esta
compañía, el sol matizado con una brisa suave me dotaba de una suerte de
serenidad que rara vez experimentaba mi inquieto ser, anunciando ya la
despedida, y asesinando la agradable experiencia que venia manteniendo a su
lado, con voz severa mirándome a los ojos dijo: El ambiente es una gran
olla de mierda, y algunas personas como yo, intentan salir de ella, se paran en
el borde a esperar que otro salga para acompañarlos, pero todos están tan
embarrados que no pueden tocarse, entonces terminan cansándose, y se lanzan de
nuevo al mierdero.
Yo, que estaba
montado en una nube de algodón dulce, no entendía con claridad si este
discurso, era para espantarme porque no le había gustado, porque estaba
resentido y odiaba al mundo, o porque definitivamente había fingido todo lo
adorable que podia ser, solo para despues concluir con un cierre al más puro
estilo de un thriller. Lo cierto fue que confuso decidí no emitir palabra al
respecto, y en medio de mi silencio, transformandose en un irresistible
seductor, rompe el vacío diciéndome, mi carro esta estacionado a una cuadra,
vamos para que me des una mamada…
Lamento
decepcionar a las mentes morbosas, pero ante tal situación y muy en mi contra,
decline la oferta y me fui a caminar.
La gran mayoría de
las veces, encuentro actitudes tan o más autodestructivas que estas, y la
inveitable queja no nos deja ver con claridad donde se encuentra la falla, creo
que todos somos un gran engranaje, unos tienen lo que otros necesitan y así van
funcionando las cosas, pero para poder hallar el error, y mejorar las relaciones,
sería bueno revisar eso que se nos enseño y con lo que venimos cargando por
tantos años.
Juan
Carlos Viera
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