He de morir, no porque una infeliz
consecuencia de la vida lo decida por mí. Sino porque poderoso me convertiré en
la muerte misma, y me entregaré al abismo…
Juan
Carlos Viera.
Uno de las constantes en los
homosexuales es el suicidio, para ser bien honesto esta es una idea que ronda
mi mente con cierta frecuencia, con la salvedad de que me he propuesto vivir
con más intensidad, para así conquistar este fantasma que me seduce. Con el
paso del tiempo he comenzado a buscar información sobre casos de suicidio, y me
sorprendo ante la estadística que reza: que la edad promedio de homosexuales
suicidas está comprendida entre los 16 y 25 años.
Sé por experiencia propia,
que uno de los principales motivos por los que un gay se suicida, es el brutal
ataque de la homofobia, y la vida en la heteronormativa, que no te permite
tener estructura, donde no solo sean validados tus derechos, sino que seas
reconocido ante la seguridad social del país; Sumado a la constante agresión y
burla por parte de las personas en todos los espacios de interacción social, donde
hasta la televisión usa la homosexualidad a modo de burla en sus programas cómicos,
(que para mí de gracioso no tiene nada) pues eso es un tipo de agresión a los
seres humanos, cuya forma de amar es tomada como una mofa. Degradándonos a la
carcajada ignorante de los demás.
Particularmente, con el paso del tiempo, he
sentido que estoy desamparado frente una oleada agresiva y discriminatoria,
ante la que tengo que enfrentarme día a día. Y la única forma que encuentro de
sobreponerme a esto, es buscar ideas que me den paz, y construirme un sub país,
donde logro rodearme de otras personas, con mente un poco más abierta y un nivel
adecuado de respeto, con los que pueda convivir. Pero lamentablemente, no todos
pueden hacerlo, hay situaciones denigrantes, que reducen al gay actual a la
nada.
Encontramos también, las constantes
manifestaciones por parte de las distintas religiones donde proponen al
homosexual como un ser abominable ante los ojos de Dios, alejándolo así de la
luz espiritual. Esto es promovido, o mejor dicho vociferado por la boca de “líderes
espirituales” que desde un excesivo ego, pretenden saber quién es Dios, que quiere y
que detesta de su propia creación. Ideas estas, que definen al homosexual, como
una aberración y una vergüenza, lo cual no lleva más que a la depresión y el
desespero que desencadena en la necesidad de morir.
Venezuela y sus leyes, se
hace la vista gorda ante el proyecto de ley matrimonio igualitario, que revindicaría
socialmente al homosexual, mientras que en nuestro día a día, seguimos siendo víctimas
de constantes abusos y atropellos por parte de miembros de la sociedad (civiles
y cuerpos policiales) que maltratan, agreden y extorsionan a miembros de la
comunidad GLBTIQ. Y observamos abismados el incremento de crímenes de odio, y
de suicidios.
Marico, parcha, pato,
mariposa, puta, cachapera, camionera, la lesbiana esa, machorra, entre muchos
otros, conforman la gran gama de insultos que nos proporcionan a cada paso,
alimentando el odio contra un ser humano que pertenece a tu tierra, a tu propia
raza. Acción que invoca a la posibilidad de muerte prematura.
Sé que muchos homosexuales, pasean por la posibilidad de terminar con su
vida en un momento determinado. Cada vez son más los casos y más organizados.
Si alguien quiere abordar el tema ante una mente suicida, debe comenzar por
despojarse de clichés tales como: El suicidio es un acto de cobardía y todas las
bobadas que dicen al respecto; Porque para quitarse la vida ¡hay que tener las
bolas bien puestas! Y detrás de esta idea hay un sufrimiento constante, una sensación
perenne de “no encajar” y una visión aterradora de la vida en las condiciones
que se nos ofrece. Es una lucha que se tiene con cada instante de la respiración.
Ante esto, sería mejor abordar el dolor, la soledad, el maltrato, la existencia,
desde el acompañamiento, y no desde el prejuicio…
Que alguien se suicide no es un hecho aislado como siempre han querido
mostrarlo, tampoco es un evento que deba pasar debajo de la mesa. El suicidio; Es
una consecuencia de la pobreza educativa de una sociedad, del fracaso de un
sistema político, de una influencia demoniaca por parte de la religión, y una
terrible consecuencia del abuso y mal trato de muchos, que pasando por encima
de los principios de respeto e igualdad de condiciones, agregan cuerpos sin
vida, a una interminable lista de errores de la humanidad.