No es muy de mi estilo
hurgar en las noticias, pero hoy por hoy gracias a las redes sociales la
información llega de forma concreta y en tiempo real, así que eventualemente me doy un somero paseo
por los titulares que más llaman mi atención.
Es así como me topé con una
noticia que rezaba:
Los países de la Unión Europea podrán prohibir a los homosexuales donar sangre. El Tribunal
de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha considerado este miércoles que los
homosexuales pueden ser excluidos permanentemente de donar sangre si lo
justifica la situación sanitaria en su país.
Automáticamente la indignación se
apoderó de mí, no solo porque soy gay, sino porque es totalmente ilógico que a
estas alturas sucedan este tipo de cosas. El Tribunal de Justicia cuya
labor es velar por el cumplimiento de la ley en el continente, así como atender
a sus ciudadanos en caso de que se haya vulnerado sus derechos. En un
deprimente acto margina y estigmatiza a la comunidad LGBTI con esta medida.
Enmarcar jurídicamente la
negación a la posibilidad de donar sangre a “un hombre que haya sexualizado con
otro hombre” (como elegantemente lo mencionan) no es más que homofobia
sistematizada y globalizada; dando como infeliz consecuencia, campo abierto al
odio, la discriminación, a la violación de derechos humanos por los que se
supone esta “insigne” instancia superior debe velar.
Considerando que: a la hora de
recibir donación del tan vital liquido rojo, hay todo un protocolo a seguir,
mediante el cual la sangre debe ser meticulosamente estudiada y finamente
almacenada y que, la orientación sexual no necesariamente define la salud sexual
de la persona; esta medida pasa de disparatada a abusiva, pues genitalizar al ser humano no es más que una forma de dominar,
dogmatizar, culpabilizar y marginar a la persona.
Europa, que durante años fue
considerado el continente más gayfriendly del mundo. Hoy se posiciona entre los
continentes barbáricos que a diario suman acciones contra las personas
sexodiversas. Mientras tanto, nosotros los marginados seguimos luchando dia a dia, por un trozo de eso que nos pertenece: DERECHO A UNA VIDA DIGNA.