Hacía cuatro meses
de comenzar el año 2002, no sucedía gran cosa en mi vida, me encontraba
sumergido en el trabajo y las clases de la universidad, ahora que lo pienso
creo que realizaba muchas cosas a la vez como una manera de mantener bajo
control el mono de circo que habita mi mente, trabajaba por las noches en una
línea de entretenimiento sano para dultos -nombre que le daban al servicio
atención telefonica al morbo y la pervensión de individuos solos, abandonados,
parafílicos y retorcidos del país-, en la mañana dedicaba 5 horas academicas a
estudiar diseño gráfico, en las tardes asistía a clases de ingles y volvía en
las noches a mi clandestina labor de entretener a los adultos con mi engolada
voz, dormía en casa una noche si una no, y en los autobuses y metro, mientras
me trasladaba de un sitio a otro.
Comunmente llevaba
conmigo una loncherita azul llena de comida. frutas y golocinas, exepto los
viernes que me dedicaba a recorrer algunos restaurantes del este de la ciudad,
probando los platos del día, como una forma de premiarme a mi mismo por echarle
tantas ganas a hacer tantas cosas. Fue un viernes de esos, cuando parado en el
semaforo de la tercera avenida de los palos grandes, tratando de decidir sobre
cual restaurante visitaría esta vez, lo vi venir a mi, una hermosa e impecable
piel blanca recubría aquel hombre de altura excepcional, calva pulida y un par
de ojos verdes enmarcados en una franca sonrrisa, jamas se borrara de mi memoria
como paso a paso casi en camara lenta, se acercaba cada vez más, mientras una
extraña sensación me embargaba, me sudaban las manos, mis rodillas se aflojaron
abandonandome a un blanco total de mi mente, sufría una especie inmobilidad,
hasta que un repentino hola ¿como estas? Me sacudio subitamente.
Tal seria mi
confusión, yo una simple huella de carbono, tirada en este rincón de la vía
lactea, blnaqueado y paralizado en esa esquina, alucinando en la contemplación
de esta exotica criatura que llega y me saluda con tal familiaridad, ¿como es
eso de hola como estas? ¿De donde me conoce? Con dificultad esboce un escueto
¡epale! A modo de saludo, mientras tomaba su mano por mera formalidad, pero
perdido en los gaveteros de mi mente, intentando reconocer quien era este
personaje.
¿Qué haces por
aquí? Me preguntó a quema ropa, Aumentando mi confusión. ¡Listo no podía mas!
la presión en mi pecho amenazaba con asfixiarme, disculpa que vergüenza, ¿de
donde nos conocemos? no te recuerdo. A lo cual con ligereza contestó, no nos
conocemos, pero podemos intentarlo. ¡Madre santa! El terror se apoderó de mi,
seguro este tipo quiere aplicarme un paquete chileno, no me conoce y se me
acerca así, esto me huele a estafa, aunque no se que me van a estafar a mi, un
pobre mortal que trabajaba para pagar las cuentas y tirarmelas de fresa los
viernes al medio día en los restaurantes de la zona, ademas no contaba con más
que un tiket de metro y un par de billetes para pagar el almuerzo.
Por cierto me
llamo Luis, ¿cual me dijiste que era tu nombre? juan carlos, coneteste y no te lo había dicho,
-añadí soltando un poco de veneno a modo de sobrevivencia-, pero exitado con la
posibilidad de hacerme amigo de un hombre tan atractivo. He de confesar que yo
no sabía nada de relaciones entre hombres, para mi los tipos no eran más que amigotes
con los que jugaba pool, tomaba cerveza y echaba cuentos, no entendía que para
relacionrse no existe más protocolo que ser educado y respetuoso, pero que lo
que ocurre entre dos personas es un fenomeno aislado de la norma social.
Decidí confiar, al
final se trata de usar el instinto, y el mío me decía que todo estaba bien, que
no corría peligro y me aventure a aceptar su compañía, fuimos al restaurante más
cercano, tras un almuerzo ligero, digo yo ligero pues realmente no logro
recordar que fue lo que comimos, la charla con Luis había embargdo todo vestigio
de conscienca en mi, haciendome olvidar lo que tenia que hacer durante el resto
del día. Facilmente podría decir que fue la tarde más interesante que había
tenido en mi vida hasta ese momento, luego de una larguisima charla llena de
risas y emociones, tras intercambiar datos básicos de concato (telefono,
e-mail, y la dirección directo a la perdición) con la frase hasta pronto… te
llamo para que salgamos de nuevo, (cosa a lo cual no me pretendía negar) nos
despedimos quedando con ganas de más...
Me fuí directo a
trabajar, esa noche fue la más inquietante de mis noches, sentado en el cubículo,
sin poder concentrarme, solo recordaba cada palabra de luis, cada extraño
halago durante el almuerzo y en mi cabeza la pregunta de las cien mil lochas
¿será que este tipo es gay? no parecía, ¡tenía pinta de macho! He de confesar
que para este momento yo era catedraticamaente gay, sabía que esa era mi
orientación sexual porque lo había leído en millones de textos, y porque cada
vez que veía un hombre atractivo (que además en esta ciudad sobran) algo dentro
de mi bragueta se movía, y me ponía como contento.
Pasaron al menos
unos cinco espantosos días llenos de ansias por ver al hombre motivo de mi
desbordante erortismo, donde por lo menos quince veces me había masturabado
pensando en como sería besarle, en mi fantasía lo imaginaba besandolo nada más –
bastante naif y romantico pensamiento-, pero hasta entonces la idea de tocar
otro organo reproductivo masculino que no fuese el mio, me era un tanto
repungante, solo quería besarle hasta eyacular ¡y nada que aparecía el muy
imbecil! él que no me llamaba y yo que ni a palazos me atrevía a llamarlo, en
un intentno de ganar algo de paz mental y recuperar mi autonomía psicológica, comencé
a hacerme la idea de que eso había llegado hasta ahí, que no pasaría de ser una
anécdota más, justo cuando ya me había convencido de que esa historia pertenecía
al pasado, ¡zas! Recibo una llamada al celular, veo el nombre de pantalla, Luis
Palos Grandes (como muchos, siempre ponía en mi base de datos, una palabra que
me recordara de forma directa de quien se trataba) tratando de recuperar la
calma y no gritar como loco, comence a dar brinquitos y tomando una respiración
profunda engolando la voz, tratando de que no se me notara nada, atiendo con un
desinterado, ¿Sí buen día?
-Hola Juan es
Luis, el chamo de los palos grandes ¿recuerdas?
-Yo todo hecho el
loco, ¿Luis? Ummm Luis, ¿cual Luis? Recuerdame por favor… ¡nunca había sido tan
falso en mi vida! claro que sabía de quien se trataba, estaba esperando esa
llamada desde el momento que naci ¡por Dios! - Ah claro Luis, el pana con el
que almorce el viernes pasado.
- Te llamaba para
ver si te animabas a tomar algo esta tarde.
-Aun metido en
personaje le coneste, podria ser, ¿que propones?
Te espero a las
5pm en Plaza Altamira y ahí decidimos a donde vamos ¿te parece?
-Me parece, ahí
nos vemos, te dejo, tengo que colgar esta entrando otra llamada.
-Vale juan te
espero.
¡Coñoooooooooooo
me llamó! Grité con fuerza liberando por fín la emoción quincieañera que despertaba
en mi esta vaina. Acto seguido corrí a la peluqeria me corte el cabello, me
hizo la minucura la pedicura y la maricura, tenía que estar optimo de pies a
cabeza, compre una camisa nueva (la ocación lo ameritaba) y como un clavel a
las 5pm estaba ahí paradote en la plaza, ¡tan contento que opacaba! practicando
un saludo que no delatara la epica gana que tenía de tirarmele encima y clavarle
un beso con lengua, con agarrón de nalga y recoston de toton.
5:05 pm. Lo ví
venir, comenzaba a morir lentamente, ¿que tenía este tipo que cuando caminana
se me iban los tiempos? ¡Matame Dios mío me llego en traje formal¡ extendió su
mano hacia mi, al tomarla haló con suavidad de ella para acercarme a su cuerpo
y darme un abrazo, una indiscreta erección involuntaria me delataba y es que ni
un hola de los quinientos que habia practicado pude decir. Estaba jodido, este
hombre me ponía mal…
Caminamos al café
mas cercano de la zona, conversamos un par de horas, mientras más hablaba el,
más me convencia yo de que necesitaba con urgencia saber si esto me lo estaba
montando yo solo o si a el le pasaba lo mismo.
Se encontraba a la
mitad del cuento de su ultimo viaje a España, cuando asi sin más le suelto la
perla
–Mira pana, ¿Que
es lo tuyo conmigo?
-Sorpendido se
recuesta de la silla y como pudo respondió: Bueno pana lo mío contigo es todo.
-Hablame claro
Luis, insistí, -despues de tanta guerra interna, que sí que no que caiga un
chaparron, ¡necesitaba salir de eso ya!-
-Bueno, yo soy
gay, es decir, me gustan los hombres y bueno…
-Quiero besarte
Luis
-Bien, vamos a mi casa, yo vivo solo y ahí no
tendremos problema alguno.
¿Que demonios estaba haciendo? Me preguntaba a mi
mismo, mientras a paso temboloroso caminaba casi detrás de Luis como si no
quisiera que alguien se diera cuenta que ibamos juntos, -que porquería que
tengas que esconderte para darle un beso al hombre del que estas enamorado-
¿Enamorado? ¿En serio estaba pensando eso? ¡Pero si lo acabo de concoer!
Subimos al apartamento, al abrir la puerta se veía una
calida luz dorada que se colaba por las hendiduras de la persiana de la sala, detrás
de mi Luis cerro la puerta, me tomó
por el hombro, pegandome contra la pared y con un suave movimiento, tomo mi
rostro entre sus suvaes manos, acercando su boca a la mía, con un tierno y
apasionado beso derritio todas mis dudas y temores, llenandome de la certeza del
inmenso amor que sentía en ese momento por este hombre, no recuerdo como nos
despojamos de la ropa, no podría describirlo, solo se que fuimos quitando de en
medio todo lo que pudiera estorbar a este encuentro, hasta quedar totalmente
desnudos, la piel fue solo la excusa que nos servia de puente a la conexión que
teniamos desde el primer momento en que nos vimos, donde la penetración del
cuerpo no fue más que un conector para sentir que valía la pena estar ahí
presentes con todas nuestras circunstancias. Era la primera vez que me sucedía
algo tan sublime, nunca me imagine que poseer y ser poseído por un hombre, podía
lograr hacerme morir con cada gemido, para renacer en el suspiro de un orgasmo…
Juan Carlos Viera.
1 comentarios:
DE VERDAD QUE MORÍ,ME ENCANTA COMO NARRAS TU EXPERIENCIA DE AHORA EN ADELANTE SERAS UNO DE MIS ESCRITORES FAVORITOS! :*
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